Historia

 
Fue en junio de 1939 cuando se funda la Hermandad adoptando el nombre de “La Soledad de la Virgen”. En octubre de este mismo año se encarga al escultor valenciano D. Enrique Casterá y Masià una imagen tallada en madera de una sola pieza.
 
Fue tras la entrega por parte del artista en enero de 1940 cuando la Hermandad decide cambiar el nombre de la misma por la de “Hermandad de María al pie de la Cruz” puesto que representaba el momento de la soledad de la Virgen al pie del Leño Santo. Aquella maravilla de obra tenía un coste muy elevado para los tiempos que tocaban vivir, 2500 pesetas eran los honorarios que correspondían al escultor. La Hermandad tuvo la genialidad de realizar pequeñas obras de teatro, así como recoger donativos de los hermanos protectores para sufragar el coste de la imagen.
 
La indumentaria del cofrade (cabe reseñar que no había ninguna mujer cofrade) se componía de vesta marrón, capa azul y, cinto y capirote blanco; todo ello en tela de raso (satén).
 
La Archicofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte entre otros problemas no disponía de suficientes cofrades para sacar en procesión a sus imágenes, es por ello que en el año 1968 la Hermandad de María al pie de la Cruz se hace cargo de las imágenes de dicha Archicofradía, estas eran: Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Santo Sepulcro y Flagelación del Señor. Para diferenciar cuando se procesionaba con estas imágenes la Hermandad salía con capa blanca, mientras que cuando lo hacía con sus propias imágenes lo hacia con la capa que había utilizado hasta ese momento en color azul. 
 
Posteriormente, debido a que la Custodia del Santísimo Sacramento no procesionara el Domingo de Resurrección, según criterio del párroco de entonces por no entender y respetar el público en general tan preciado tesoro del Misterio Eucarístico, la Hermandad de María al pie de la Cruz adquirió en 1971 la imagen de Cristo Resucitado, obra de los talleres de D. Rafael Arau, con el fin de que sustituyera a la Eucaristía en la ‘Mañanica de Pascua’.
 
Unos años más tarde al mejorar la seriedad en las procesiones, el Santísimo Sacramento volvió a salir a la calle en la mañana del Domingo de Resurrección recuperándose así una de las tradiciones más arraigadas de la Semana Santa aspense. Fue en ese momento cuando el Cristo Resucitado abandonó la procesión del Domingo de Resurrección y únicamente salia a la calle en la noche del Sábado Santo, anteriormente denominado como Sábado de Gloria. 
 
En el año 1983 la Hermandad acuerda entregar todo cuanto poseía de la Archicofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte a la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades para que esta Archicofradía pudiera retomar sus procesiones. Al devolver este patrimonio, la Hermandad vio reducirse su participación en las procesiones de Semana Santa, por lo que decide adquirir nuevas imágenes. De ésta forma, el Martes Santo de 1984 salió a la calle por primera vez la imagen de la Caída de Jesús, obra de los talleres de D. Rafael Arau de Olot.
 
 
En 1987 se le encarga al escultor albaterense D. Valentín García Quinto una imagen de Jesús  Cautivo siguiendo los cánones de los Cristos del Rescate y Medinaceli. Así llegó la efigie de Nuestro Padre Jesús Cautivo que esta Hermandad tuvo el honor de procesionarlo el Miércoles Santo del año siguiente.
 
La belleza de la imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo, hoy es unas de las imágenes que más devoción procesan en la Semana Santa aspense, caló profundamente entre los cofrades que ya contaba con varias féminas entre los mismos y la devoción llevó a que fueran las mujeres las que formaran una comisión con la meta de conseguir poder procesionar encima de sus hombros a la imagen llevando la propuesta a la Junta Directiva de la Hermandad. Hasta el año 1997 dicha imagen procesionaba el Martes Santo y el Viernes Santo por la mañana, con una túnica azul oscuro bordados en hilo de oro, y la Junta Directiva de la Hermandad decidió que procesionase el Viernes Santo por la mañana con una túnica de color blanca.
 
En este mismo año 1997, el Cristo Resucitado vuelve a la procesión del Domingo de Resurrección.

 

En el año 1999 se constituyó la formación de costaleras para portar sobre sus hombros a Nuestro Padre Jesús Cautivo y estrenando a su vez el atuendo específico de portadora. Dicho atuendo consta de vesta marrón, casulla azul añil -siguiendo el estilo liturgico romano- y cinto blanco, utilizando capuchon sin carton blanco para alumbrar en las procesiones. Fue éste año cuando la Hermandad cambió sus trajes, ya que a pesar de devolver las imágenes de la Archicofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, la Hermandad continuó únicamente con la capa de color blanco. A su vez se sustituyó la capa blanca que llevaba el atuendo de la Hermandad por una capa de terciopelo azul añil y una vesta de terciopelo marrón carmelita junto con un fajín blanco.
 
Además, se instaura el acto de la Tamborada y al término de este acto el Cristo Resucitado es portado por sus portadores y portadoras hasta el Altar Mayor de la Basílica de Nuestra Señora del Socorro mientras se entona el cántico de Gloria, las campanas lanzan al vuelo, a la vez que las Bandas de Cornetas y Tambores de Aspe interpretan el Himno Nacional y es lanzado un castillo de fuegos artificiales.
 
En el año 2000 se compone el paso de El Monte Calvario realizado con la colaboración de varios cofrades. Fue bendecido coincidiendo con el 60 Aniversario de la fundación de la “Hermandad de María al pie de la Cruz” y procesionó por primera vez el Sábado Santo del año 2001 portado por las portadoras de la Hermandad; siendo un hecho anecdótico de que la Junta Mayor de Hermandades decidiera pasar al Sábado Santo la procesión del Santo Entierro, situación que no se ha vuelto a realizar. Actualmente  El Monte Calvario procesiona el Viernes Santo en la procesión del Santo Entierro.
 
El Monte Calvario esta creado por los propios cofrades de la Hermandad y fue un intento de recuperar "Los Despojos de la Pasión", uno de los pasos destruidos durante la Guerra Civil española y que era conocido popularmente como “El Pasico del Cojo”. 
 
 
El trono sobre el que se porta a María al pie de la Cruz, a Cristo Resucitado y a Ntro. Padre Jesús Cautivo está tallado en madera en su totalidad y con unas farolas que se componen de unos brazos de bronce y tulipas de cristal escarchado. En el año 2010, con una antigüedad de 70 años, salió a procesionar en la Semana Santa con un trono totalmente restaurando.
 
Aparte de los actos realizados durante la Semana Santa, la Hermandad traslada desde el año 2004 durante los últimos días de Cuaresma, coincidiendo con la Semana de Dolores, la imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo a la Parroquia El Buen Pastor donde se realiza una Eucaristía el Sábado de Pasión para rememorar la Semana de Dolor y Esperanza, la misma que padeció Jesucristo y por los difuntos de la hermandad. Al finalizar la Solemne Eucaristía se realiza un besapié a la imagen y se traslada a la Casa de Hermandad.
 
 
 
 
 
En el año 2013, la Hermandad celebró el XXV aniversario de la traida a nuestro pueblo de la talla de la imagen de Ntro. Padre Jesús Cautivo. Los actos trascurrieron durante la primera semana de marzo, durante el cual, el primer viernes del mes de marzo fue venerado en la Parroquia El Buen Pastor de Aspe, coincidiendo con la celebración, además, de la Cautividad de Jesucristo. Finalizaron los actos con un devoto besapié a la imagen y una procesión extraordinaria para tal fin, con los sones de la Banda de Cornetas y Tambores La Serranica.
 
En el año 2014 la Hermandad celebró el LXXV aniversario (75 años) desde la aprobación de sus primeros estatutos. Del mismo modo, al año siguiente (2015), en el marco del 400 aniversario de la fundación de la primera cofradía que se testimonia en nuestro pueblo, celebramos la venida de la imagen titular a nuestro pueblo, en el año 1940.

 


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