Caída de Jesús

 
 1984
 
EL ARTE CRISTIANO DE OLOT: Fundado por Joaquín Vayreda y Vila y Josep Berga y Boix el 1 de noviembre de 1880, emplea una técnica innovadora para la época en la creación de imágenes a base de “pasta-cartón-madera” inventada por Ramón Puigmitjá y Badosa. Esta nueva técnica suponía menor tiempo de moldeaje, más ligereza de las piezas y más resistencia del material, puesto que hasta ese momento las imágenes se realizaban o bien del tradicional método de tallado en madera, o bien empleando cartón-piedra. La creación de estas imágenes, que todavía se mantiene en la actualidad, proliferó en numerosas industrias más en la localidad de Olot (Gerona) muy afamada por estas labores que, sin embargo, debido a la naturaleza del material, se trata de figuras que carecen de todo valor artístico.

 
No existe ninguna cita en los evangelios que nos mencionen en momento alguno que Cristo cayera bajo el peso de la Cruz. Sin embargo esta escena de Cristo caído tiene un gran arraigo en la tradición Cristiana, y por supuesto en nuestra hermandad que tiene como imagen: “El Cristo de la Caída”. El grupo escultórico se compone de tres imágenes: Jesucristo que cae bajo el peso de la Cruz y clama al cielo con su expreión nítida y serena, Simón de Cirene que mantiene la Cruz en la que será crucificado y un sayón que con una soga que rodea el cuello de Cristo hace el gesto de apretarla para que Él se erija.
 
¿De donde surge pues este arraigo y casi total convencimiento de que Cristo cayó tres veces bajo el peso de la Cruz? Una de las practicas habituales en nuestra fe católica y que se ha transmitido con profunda reverencia de generación en generación es la rememoración del itinerario que Jesús recorrió desde el pretorio hasta el calvario: el Vía Crucis, el camino de la Cruz.
En este acto de práctica piadosa es donde nos encontramos con las tres caídas de Cristo bajo el peso de la Cruz (estaciones III, VII y IX). Hechos que si bien no se encuentran descritos en los evangelios, si son testimonios transmitidos por la tradición de los Lugares de la Vía Dolorosa de Jerusalén, donde tuvo lugar el calvario de nuestro Señor. Y este sería un hecho claro de que no todo lo guarda escrito la Biblia, cuando es la Tradición viva quien lo conserva.
 
De hecho no es nada descabellado pensar que Jesús cayera bajo el peso de la Cruz, puesto que al agotamiento sufrido en el Huerto de los Olivos, ha de añadirse los interrogatorios realizados tanto  por el sanedrín Judío como por los Romanos, y sobre todo hay que tener en cuenta las vejaciones que sufrió durante el transcurso de estos interrogatorios, los azotes, la coronación de espinas  y todos los episodios que acompañaron al arresto del Maestro, y que disminuyeron en gran medida sus fuerzas.
 
El lamentable estado físico que debía presentar junto con la violencia de estas caídas que debió de sufrir, quizás fue lo que indujo a los guardianes romanos a
 reclamar la Ayuda de Simón de Cirene, temiendo por la vida del Maestro antes de llegar al patíbulo. Hecho que si se encuentra relatado en los evangelios: «Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, a que llevara la cruz de Jesús» (cf. Mc 15,21). «Cuando iban los soldados obligando a Jesús a avanzar con su cruz a cuestas, venía por el camino un tal Simón, natural de Cirene, que volvía del campo. Lo obligaron a cargar la cruz de Jesús para que éste caminara detrás. Lo seguía una gran muchedumbre. Llevaron a Jesús a un lugar llamado Gólgota o Calvario, lo que significa sitio de la calavera» (Marcos 15, 21-22). Y que la tradición piadosa lo hace corresponder con la quinta estación. El evangelista Marcos identifica a Simón de Cirene como «padre de Alejandro y de Rufo» (15, 21). Por tanto los hace conocidos para la primitiva comunidad cristiana, hecho relevante que nos hace pensar que si bien Simón de Cirene no fuese consciente en un primer momento de la magnitud del acto que realizaba, puesto que fue obligado a realizarlo por los soldados romanos, el hecho de ayudar a llevar la Cruz a nuestro Salvador sería el punto de inflexión determinante en su vida que lo indujese a creer en la divinidad de Cristo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fotos cedidas por: David Olivares, Pilar C.A., Rubén Bonmatí, Hermanos


mariaalpiedelacruz@hotmail.es